Desde que en los inicios de la década de los sesenta se empezó a hablar en los ámbitos académicos, profesionales y empresariales de estrategia, especialmente en el currículo de los Programas MBA de las universidades de la costa este de los Estados Unidos, hasta nuestros días, han sucedido muchas cosas, todas ellas de gran trascendencia para la economía, el progreso tecnológico, la política.
Es evidente que en estos casi cuarenta años las empresas no son como antes, los mercados y las relaciones económicas tampoco, y nosotros -los ciudadanos- tampoco vivimos de igual manera ni tenemos el mismo cuadro de valores. Hemos protagonizado muchos y rápidos cambios, presenciado sucesos, descubrimientos, fenómenos y transformaciones que eran impensables a mediados del siglo XX.
Nuevos tiempos, nuevas necesidades
En este proceso mudable hay que observar que el nivel y clase de conocimientos, la exigencia de formación, las habilidades y los modos de acceso al mercado de trabajo de los universitarios de este final de siglo, con respecto a los existentes y exigidos a los coetáneos de hace cuatro décadas, tienen muy pocos rasgos en común.
En esta divergencia, acaecida a lo largo del tiempo, sobre el que hemos proyectado este viaje, asoma con luz propia, con facetas singulares, el papel y contenido de un Programa MBA.
Este trabajo se quiere centrar en cómo y por qué se debe estudiar Estrategia y Dirección estratégica, determinando los hitos, las referencias y las aportaciones pasadas y presentes orientadoras del futuro. En consecuencia, se va a ensayar un viaje virtual, o mejor, intelectual. En este viaje se pretende comparar el papel, sentido y orientación que debe tener un Programa MBA actual respecto al que tenía en los años sesenta.
Es evidente que en estos casi cuarenta años las empresas no son como antes, los mercados y las relaciones económicas tampoco, y nosotros -los ciudadanos- tampoco vivimos de igual manera ni tenemos el mismo cuadro de valores. Hemos protagonizado muchos y rápidos cambios, presenciado sucesos, descubrimientos, fenómenos y transformaciones que eran impensables a mediados del siglo XX.
Nuevos tiempos, nuevas necesidades
En este proceso mudable hay que observar que el nivel y clase de conocimientos, la exigencia de formación, las habilidades y los modos de acceso al mercado de trabajo de los universitarios de este final de siglo, con respecto a los existentes y exigidos a los coetáneos de hace cuatro décadas, tienen muy pocos rasgos en común.
En esta divergencia, acaecida a lo largo del tiempo, sobre el que hemos proyectado este viaje, asoma con luz propia, con facetas singulares, el papel y contenido de un Programa MBA.
Este trabajo se quiere centrar en cómo y por qué se debe estudiar Estrategia y Dirección estratégica, determinando los hitos, las referencias y las aportaciones pasadas y presentes orientadoras del futuro. En consecuencia, se va a ensayar un viaje virtual, o mejor, intelectual. En este viaje se pretende comparar el papel, sentido y orientación que debe tener un Programa MBA actual respecto al que tenía en los años sesenta.